El Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Madrid ha dado la razón a nuestra socia María Antonia Montiel que defendió a una clienta de ING, que perdió más de 16.000 euros tras ser víctima de un fraude bancario por phishing. La sentencia obliga al banco a devolver todo el dinero, además de intereses y costas.
¿Qué pasó?
La afectada recibió una llamada y varios mensajes que parecían del banco. Los estafadores conocían sus datos y le advirtieron de supuestos cargos fraudulentos. Siguiendo las instrucciones, la clienta transfirió su dinero a una cuenta que creía “segura”, pero en realidad era parte de la estafa.
Cuando se dio cuenta del engaño, avisó inmediatamente al banco y presentó denuncia.
¿Qué dice el juez?
El juzgado considera que la clienta fue víctima de un engaño muy sofisticado, difícil de detectar para cualquier persona.
La sentencia recuerda que, según la ley, los bancos son responsables de las operaciones no autorizadas salvo que demuestren una negligencia grave del cliente, algo que en este caso no ocurrió.
👉 Caer en un phishing no significa actuar con negligencia grave.
¿Por qué es importante esta sentencia?
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